No me siento capaz de titular esto. Ahora no.

Como sabréis, porque no podéis negar que dedicáis vuestro tiempo a sesudos estudios sobre mi blog, no soy muy dado a dedicatorias que enumeren logros a los que podéis acceder, comodísimamente de la vida, con un sólo click. Esto es una excepción, en parte, y digo en parte, porque no es un simple copypaste, sino que todos los títulos de obras que veréis a continuación han sido escritos a mano (lo juro por el santísimo), haciendo callo, dejando dedos y aumentando miopía (para no dar pena no comento la postura inclinada sobre la silla que me está jodiendo la espalda). True story.

El caso es que tengo un nuevo sujeto idóneo para futuras reencarnaciones. Dejando a un lado a los ya clásicos Hugh Jackman bailarín con garras de adamantium o Cary Grant heterosexual con traje nuevo, un especimen maravilloso se me ha aparecido esta mañana. Su nombre es Rodrigo García (no confundir con el Rodrigo García director de cine, hijo de Gabo, y también bastante molón por su trabajo en Carnivale y pelis feministas varias).

No. Este caballero es director de teatro, dramaturgo a lo francés. Es el señor que más lo está petando en lengua castellana. Tiene una obra de lo más prolífica, obra que yo desconozco (ahora pensaréis que soy un osado). Lógicamente, si no me veo capaz de hablar de su obra (breves pinceladas de una exposición a la que asistí hoy) os preguntaréis qué coño hago yo escribiendo y vosotros leyendo. Gilís.

El caso es que, el atractivo que me suscitó por la mañana este señor (y que me ha mantenido alerta a lo largo del día) es la magia que transmiten los títulos de sus obras. Yo siempre he creído que lo mejor de mis entradas son los títulos, el resto luego defrauda. Y en la prosa de Rodrigo (somos íntimos) he vislumbrado lo mío en grado superlativo, pulido, perfecto, arrebatador. Cada título es una invitación, una obrita de arte que puede hacernos sentir decepcionados, o no, respecto a lo que venga detrás. El caso es que yo no ví su obra, tan sólo leí los títulos, y la verdad es que me tiene embriagado. Son como haikus pero sin maricoflauteces.

Me gusta compartir estos pequeños momentos. Cuando vea una obra suya ya os comentaré. Mientras, una muestra de esta magia condensada que tanto envidio:

«Protegedme de lo que deseo» (1997)

«Todos vosotros la vais a palmar» (1998)

«Conocer gente, comer mierda» (1999)

«Lo bueno de los animales es que te quieren sin preguntar nada» (2000)

«Haberos quedado en casa, capullos» (2000)

«Ignorante» (2000)

«Creo que no me habéis entendido bien» (2001)

«A veces me siento tan cansado que hago estas cosas» (2001)

«La historia de Ronald, el payaso de Mc Donalds» (2002)

«Compré una pala en IKEA para cavar mi tumba» (2002)

«Jardinería humana» (2003)

«Prefiero que me quite el sueño Goya a que lo haga cualquier hijo de puta» (2004)

«Despegad la cabeza del suelo capullos» (2005)

«Esparcid mis cenizas en Eurodisney» (2006)

«En algún momento de la vida deberías proponerte seriamente dejar de hacer el ridículo» (2007)

«Cruda, vuelta y vuelta, al punto, chamuscada» (2007)

«Muerte y reencarnación en un cowboy» (2009)

«Esto es así y a mí no me jodáis» (2009)

2 respuestas to “No me siento capaz de titular esto. Ahora no.”

  1. Apiuch Says:

    Y Abuín se cartea con él, ahí me ha dao’

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